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¡Hay que ver cómo le gustan los acrónimos a los americanos! Además, los crean de una forma muy curiosa: primero escogen una palabra, y después, tratan de convertir cada una de sus letras en una sigla, de modo que todo tenga sentido.
El título de este juego (un clásico, por cierto), "H.E.R.O.", no sólo significa "héroe", si no que además, es el apellido del protagonista (Roderick Hero), y por si fuera poco, el acrónimo de "Helicopter Emergency Rescue Operations", o lo que es lo mismo, "Operaciones de Rescate de Emergencia con Helicóptero".
Resulta que una serie de erupciones volcánicas en el monte Leone, ha atrapado a los mineros que trabajaban en sus túneles, de modo que es tarea del señor Hero, descender a las profundidades y llevarlos a un lugar seguro.
No, no se trata de meter un helicóptero a través de una red de cavernas, como en Airwolf o en Fort Apocalypse: la "H" del acrónimo viene a cuento de que nuestro héroe lleva una especie de mochila con un rotor que le permite volar a través de las grutas.
No sólo eso: además, Hero cuenta con un potente láser incorporado en su casco, y con una serie de cartuchos de dinamita.
El primero puede servirle para fulminar a algunos de los asquerosos bichejos que pueblan las cavernas, y los segundos, para volar algunos de los muros que le bloquean el paso. (También es posible desintegrar estos tabiques a base de láser, pero requiere bastante más tiempo). |
Por cierto: la explosión de un cartucho de dinamita produce una pequeña onda expansiva, así que cuando plantes alguno, sal por patas lo antes posible, o la detonación te freirá una vida.
Para completar cada nivel, tenemos un tiempo límite, representado por una barra que disminuye constantemente, junto a la palabra "power". Si se agotara, perderíamos una vida, y tendríamos que empezar desde el principio.
Además de las repugnancias que revolotean o reptan por los túneles, Hero se topará con otros peligros. Por ejemplo: lava. Dado que el monte está en erupción, en ocasiones tendrá que vérselas con magma bieeen calentito. No sólo aparece en forma fluida, si no dentro de depósitos en algunos muros (se ven de color rojo). Si los toca, perderá una vida automáticamente.
Más cosas: en algunas de las galerías, veremos lámparas que cuelgan de las paredes. Pues bien: si las tocamos, o les disparamos, se apagarán, con lo que la pantalla quedará casi totalmente a oscuras. Y digo casi, porque algunas cosas (como los malosos) aún podrán entreverse, en las tinieblas. Pero no distinguiremos los tabiques, las salidas... y recordemos que hay un tiempo límite para terminar cada nivel, de modo que destruir una lámpara no es una buena idea.
Claro que, siempre es posible usar uno de nuestros cartuchos de dinamita para que las chispas de su mecha iluminen brevemente la cámara en la que estamos... pero la solución dura muy poco, y además, gastamos uno de los cartuchos. Y no es que nos sobren, precisamente.
Como es evidente, cada nivel es bastante más complicado que el anterior. Hay más enemigos, más peligros, y el minero de turno se encuentra atrapado a bastante más profundidad. Aunque al principio H.E.R.O. os parezca un juego relativamente facilón, no lo es en absoluto (aunque tampoco es de esos frustrantemente difíciles). A veces, entrar en una nueva pantalla es toda una proeza. ¿Por qué? |
Porque en la mayoría de las ocasiones, la nueva habitación estará debajo de la actual (casi siempre tenemos que ir bajando), y controlar la velocidad de descenso de Hero es de lo más complicado.
Vamos: es que casi no hay término medio... o se mantiene quieto en el aire, o cae a plomo. Y si juuusto debajo, en la siguiente pantalla, nos encontramos con un bicharraco, o un depósito de lava, ¡hala! ¡vida menos! ... y sin avisar.
Aunque las cavernas están formadas por túneles y habitaciones a base de ángulos rectos, la verdad es que en este aspecto, no tengo quejas. Quizás los personajes sean un poco chiquitajos y cuadriculados, pero ¡qué diablos! ¡el juego es de 1984! |
No hay música, pero los efectos no están del todo mal. El del láser me gusta particularmente. |
Uno de los juegos preferidos por muchos commodoreros (por ejemplo, el célebre Kim Lemon, webmaster de Lemon64). Y no es para menos. Es simple, rápido y muy adictivo. Puede que a alguno le termine por aburrir, dado que las cavernas tienden a parecerse bastante entre sí. (De hecho, curiosamente la primera pantalla de todos los niveles es SIEMPRE igual). |
* Muy adictivo. | * No estaría mal un poco más de variedad en los escenarios. * Controlar el descenso es complicado. |