Hace unos días volví de un viaje por Italia con mi pareja y estando en Roma descubrimos que allí se encontraba el VIGAMUS, el Video Game Museum of Rome (Museo del Videojuego de Roma). Y claro, habiéndome perdido una visita al Museo de la Informática de Berlín cuando pasé por allí, no iba a desperdiciar la oportunidad.
El museo se encuentra en la Via Sabotino 4, en un barrio al norte de la Ciudad del Vaticano. Para acceder al mismo hay que bajar a un sótano. De entrada el establecimiento parece algo pequeño, pero cuando vemos su sala de conferencias o las numerosas estancias, la percepción cambia. El museo está aderezado con varias figuras de gran tamaño de personajes de videojuegos como Metal Gear, Assassin's Creed o Tomb Raider.
Hablando ya del contenido del museo, nos encontraremos con un didáctico repaso a la historia del videojuego, desde el rudimentario Tennis for Two que se jugaba en un osciloscopio, hasta juegos de máquinas modernas como Nintendo Switch o las Oculus Rift, pasando por prácticamente todos los sistemas surgidos a lo largo de los últimos 50 años, como Magnavox Odissey, los clásicos Pongs, Atari 2600, microordenadores (hay una buena selección de Commodores), consolas de Sega, Nintendo o Sony, portátiles, varias recreativas, sistemas emulados y PCs.
El recorrido por el museo está organizado de forma más o menos temporal, de manera que, a medida que avanzamos por sus salas, vamos viendo sistemas y juegos cada vez más modernos. El abundante material hard y soft está situado en gran cantidad de vitrinas, y junto a cada una de ellas tenemos un panel que nos explica la historia del contenido, en italiano e inglés.
Llama la atención que algunas máquinas o programas están firmadas por sus creadores o autores. Por ejemplo, tienen un Kick Off 2 firmado por Dino Dini, un Vic-20 autografiado por Michael Tomczyk (que intervino decisivamente en el desarrollo del ordenador), o una vitrina dedicada al Doom en la que, además de mostrar material del juego firmado por sus autores, se reproduce en una pantalla un vídeo en el que gente como John Romero hablan sobre la dedicatoria.
Una sección bastante curiosa es la dedicada al "caso E.T.", ya sabéis: Atari desarrolla el juego deprisa y corriendo, el juego resulta ser mediocre (no es el peor juego de la historia pero tiene fallos serios), no se vende como se espera y Atari decide enterrar miles de cartuchos en un vertedero del desierto de Alamogordo, en Nuevo México, en plena crisis del videojuego en EE.UU. Pues bien, en VIGAMUS tienen gran cantidad de material desenterrado allí, como cartuchos del propio E.T. o de otros juegos y mandos de Atari, todo con su tierra y sus certificados de autenticidad.
Además de poder aprender sobre el mundo del videojuego, en VIGAMUS también podemos jugarlos, y para ello han puesto a disposición de los visitantes gran cantidad de consolas (clásicas y modernas), ordenadores y recreativas, tanto originales (como Hang On, Dunk Shot, Space Invaders, o el peliculero Fix-it Felix Jr. de Rompe Ralph) como basadas en emulación. Te puedes pegar horas y horas jugando, aquí no te aburres.
Respecto a los sistemas modernos, hay una zona patrocinada por X-Box con varias consolas del sistema, y otra de Oculus Rift en la que te permiten probar o bien un juego, o un vídeo en 3D (yo opté por esto, uno dedicado a Jurassic Park, nada impresionante, la verdad).
Ya sabéis, si algún día os pasáis por Roma, tenéis que hacer un hueco para acercaros a este museo. No os arrepentiréis.
Salu2, Paco.
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